Caraballeda, La Ciudad del Turismo

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Federico Ortega Díaz.-

Caraballeda es la parroquia más antigua del estado Vargas, fundada por Diego de Losada bajo el nombre de Nuestra Señora del Carballo sobre las ruinas de la Villa del Collado que había levantado Francisco  Fajardo unos pocos años antes.

Fue el primer puerto de Caracas, cuando aún La Guayra era un solitario y agreste descampado, y en estas tierras de Caraballeda se fundaron prósperas haciendas cuyos productos comerciaban activamente con otros pueblos de la provincia y, mucho más, con los contrabandistas que burlaban la vigilancia de las naves de la real Compañía Guipuzcoana. Lejana y de difícil acceso, esta parroquia se resumía al pequeño casco central que se levantó en torno al punto de la fundación y las grandes haciendas como Juan Díaz, Baulén, Suárez, Nepecuay, Cerro Grande y Camurí Chiquito o Camurí Chico.

La paz y la belleza del paisaje, sus espléndidas playas, su combinación de montaña, mar y ríos, y su hermosa laguna despertaron nuevos intereses, Venezuela en la década de los 40 se abría a tendencias modernas, desarrollo, industria, inversión, y una de esas industrias era la del turismo.

La búsqueda de zonas ideales para la recreación, el esparcimiento, un buen espacio para invertir en las vacaciones encontró respuesta en Caraballeda, así las viejas haciendas van convirtiéndose en prósperos, modernos y atractivos complejos urbanísticos como Los Corales (hacienda Nepecuay), Palmar Este  hacienda Suárez), Cerro Grande (hacienda del mismo nombre), Palmar Oeste (hacienda Camurí  hiquito), pero la más grande en extensión, la Juan Díaz, es la que va a dar paso al famoso y clásico Yatch and Golf Club Caraballeda, así como a la urbanización Caribe y gran parte de la zona residencial de Tanaguarena.

Caraballeda es blanco de los empresarios e inversionistas, en 1948 la hacienda Juan Díaz se convierte en el Club Caraballeda, centro privado para la práctica del golf, para lo cual se construyen los hoyos, y de la navegación deportiva, es cuando se lleva a cabo el dragado de la laguna de Caraballeda, reseñada desde los tiempos de la Conquista por Fajardo y Pimentel, para permitir la comunicación con el mar.
Los grandes hoteles Macuto Sheraton, Meliá Caribe, los hoteles familiares, más modestos y económicos pero de excelente calidad como El Fioremar, El Royal Atlantic y La Hostería, discotecas como Di Lido, Las Piedras, El Chicharro Llorón, Odisea 2000, las inolvidables Torero (Sheraton) y Don Pepe (Meliá), restaurantes como Neptuno, El Caracol, La Gabarra, El Portón del Timotes, El Coockery, éste último un piano bar de magnífico ambiente.

 

En diversas épocas se abren nuevos locales y espacios recreativos para todos los gustos y edades como Los Hidrotubos, El TropiBurguer, Crema Paraíso, la heladería Tomasselli, la pizzería Da´Remo, la heladería Da´Ezzio y su especialidad de helados italianos, de todo para todos había en Caraballeda.A mediados de los 70 Caraballeda se renueva como el emporio turístico no sólo de Vargas, va a aparecer en las guías de muchas agencias turísticas internacionales. En la playa Los Cocos se descubren las mejores olas para la práctica del surf y en 1975 se realiza el Primer Torneo Nacional Abierto de Surf en esta playa. Este torneo formó parte del I Festival Turístico Internacional Vargas donde se llevaron a cabo corridas de toros, conciertos y bailantas populares de grata recordación.

Durante ese año se inaugura el bulevar Caribe que partiendo de la ya famosa playa Los Cocos culminaba en el paredón del club Tanaguarena bordeando el mar, un espacio que pronto se convirtió en el predilecto de las familias, jóvenes y amantes de la pesca. El Complejo deportivo San Julián, en la ribera del río del mismo nombre y dentro de la urbanización Palmar Este, permitió la masificación del tenis, ahora este deporte que estaba reservado a las clases más pudientes llegaba a los barrios.

La actividad comercial en Caraballeda se disparó y no dejó de crecer hasta que la vaguada de 1999 arrasó con gran parte de las estructuras de la parroquia. Pero sin duda, sigue siendo la clave para rescatar la industria del turismo para Vargas.

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