Turismo histórico: Entre fuentes de soda y restaurantes

El término cayó en desuso, pero sobrevive en las nostalgias domingueras. Su muerte abrió camino a nuevas tendencias en materia de locales de comida.

Federico Ortega Díaz.– Las generaciones de Fin de Siglo-Nuevo Milenio no las conocieron y la única referencia que tienen de ellas son fotografías y anécdotas de sus padres contadas en reuniones domingueras con amigos de la vieja cuadra cuando la nostalgia les trae el recuerdo de las viejas fuentes de soda donde se solazaron en sus días de “chamitud”.

La fuente de soda y su legado a la historia urbana, surgieron en los Estados Unidos en la década de los 50 como American Dinner, y a través del cine, la televisión y los comics recorrieron el mundo como un producto innovador que revolucionaría el comercio del servicio de comida haciendo temblar a los más famosos restaurantes.

Las fuentes de soda son un producto de los años 50 que renovó el concepto de restaurante, fonda y cafetería en Estados Unidos, dejando su impronta en la historia urbana occidental.

El nombre

Estos locales toman el nombre de las máquinas dispensadoras de sodas saborizadas (refrescos, gaseosas), se decía entonces “en la cafetería tal tienen una fuente de soda”, esta frase se popularizó y al poco tiempo los american dinner comenzaron a llamarse fuentes de soda.

Originalmente estos locales fueron pensados para el trabajador sujeto a horarios estrechos para el almuerzo, y a un

salario que les prohibía el lujo de un restaurante convencional. Pero los estudiantes se apoderaron de las fuentes de soda y le dieron el ambiente que las caracteriza en cualquier ciudad del mundo con sus rockolas, sus sillas giratorias en la barra, iluminación de neón, afiches de estrellas de la música, el deporte y la pantalla.

El menú es para clientes que van de prisa, se sirven sándwich, hamburguesas, pasteles, papas fritas, batidos, gaseosas, café, helados, los platos preferidos de los jóvenes.

Llegaron a Venezuela

Hasta finales de los años 40 en Venezuela se conocían salones como La India y La Suiza, suerte de fusión entre cafeterías y pizzerías europeas, y esto sólo en las principales ciudades del país.

La primera fuente de soda estilo norteamericano se abre en El Conde, Caracas, es El Picadilly; de allí en adelante los experimentos resultan exitosos y la fuente de soda se convierte en una inversión segura en el negocio de la comida.

La clientela, esencialmente joven, va a disfrutar de merengadas, leches malteadas, helados preparados, hacen furor el Banana Split y el Tornado de Chocolate, los club house guarnecidos con papas fritas y ensalada rallada. Se suma el servicio drive´s in o autoservicio, ya popularizado por Los Picapiedras.

Vargas no se queda atrás

El entonces Departamento Vargas, balneario y espacio recreacional de capitalinos y visitantes extranjeros, se

mantuvo a la par con Caracas en materia de fuentes de soda, despuntan los 60 y el magnate Nelson Rockefeller trae los innovadores automercados CADA y las fuentes de soda instaladas junto a estos locales que son copia fiel de los locales norteamericanos en su diseño interior y exterior, carta, servicio y estilo gastronómico que guarda estrecha relación con los clásicos american dinner. Servían sopas enlatadas marca Cambell´s, sándwich tipo americano como los de huevo, atún, pollo, papas fritas y mucha salsa kétchup.

De grato recuerdo son las fuentes de soda Tomasseli, Crema Paraíso, la del Aeropuerto Internacional de Maiquetía y la del Cada de Maiquetía. La Haya en San Bernardino, El Campo en Chacao, Río Chama en Las Mercedes.

La caída

Mientras la juventud maduraba en las fuentes de soda las franquicias internacionales de comida rápida se internaban en Venezuela arrasaron con todo dibujando un nuevo paisaje, las fuentes de soda van a formar parte de un país que ya se fue.

Foto cortesía Víctor Álvarez

Fuente de soda Tomasseli, Caribe.