Federico Ortega Díaz.- La década más vapuleada, criticada e injustamente ridiculizada ha sido la de los 80, esa generación de los 80 fue llamada la Generación Yuppie (acrónimo para Young Urban Professional), en español Joven Profesional Urbano, mientras un personaje de la política venezolana la tildó de la Generación Boba o Generación X, sin embargo, actualmente el mundo está en manos de esa generación.
Los grandes líderes mundiales en materia de política, economía, cultura, artes, ciencias y deportes pertenecen a la generación de los 80, son “ochenteros” como se dice en estricto venezolano.
Nuevas profesiones
En los 80 no se desbordaban las universidades en busca de títulos de médicos, ingenieros, comunicadores sociales, abogados, arquitectos, economistas, no, los muchachos buscan los tecnológicos y se imponen publicidad y mercadeo, administración de empresas, relaciones industriales, administración tributaria, informática, enloquecen con informática y todo lo relacionado a una computadora.
Diseño gráfico, turismo, hotelería, van por lo seguro, los tiempos que empiezan a correr dicen que con tres años de estudios superiores (TSU) sales a comerte el mundo…y lo cierto fue que se lo comieron.
Víctimas de la tecnología
Si bien a finales de los 70 ya los niños estaban pegados al televisor con un innovador juego de video, el Super Pong, y podían ver películas grabadas en betamax, aquel horrible aparato cuadrado con enormes teclas, no imaginaban que pocos años después verían que sus fantasías se harían realidad.
Se vieron en las manos los teléfonos celulares, las computadoras que para ese entonces eran como una máquina de escribir enchufada a un televisor y en la cocina un aparato que podía calentar las comidas en segundos y hacer cotufas: el microondas.
Productos enlatados, empaquetados, deshidratados, discos compactos, automóviles para el paveo, Corolla, Chevette, Renault 5, era demasiado bueno todo, demasiado fácil.
Esa facilidad no aflojó a los muchachos, al contrario, estimuló su imaginación, su curiosidad, sus ganas de saberlo y tenerlo todo, allí nacieron los yuppies, fue el momento del parto.
Físico, puro físico
Una de las fiebres más intensas en la década de los 80 fue la del físico, la obsesión por los músculos, la figura, los abdominales, tríceps, bíceps, dorsales, pectorales, pesas, aeróbicos, aparatos y una carta infinita de productos para adelgazar, aumentar la masa muscular, recuperar fluidos (honor al Gatorade), las lycras, bandanas, calentadores, videos de ejercicios, los gurús del peso, se hablaban dos idiomas, habían dos clases sociales: los que iban al gimnasio y los que no.
Esta tendencia fue un factor muy influyente para que la generación de los 80 también fuera tildada de arrogante, egocéntrica y ambiciosa.
La moda desastrosa
En cuanto a moda y forma de vestir las cosas no pintaron muy bien para los 80, fue una mezcla de pantalones tubito y baguis cincuentones, hombreras de los 40 que se montaban en sacos, chaquetas, blusas, camisas…en ¡sostenes!, si no tenías hombreras no estabas en nada.
Las combinaciones masculinas estaban influenciadas por la serie de TV Miami Vice, impusieron el blazer sobre franela de cuello abierto, jeans, mocasines (hacían furor los Sebago) y barba de tres días, el aspecto desaliñado te hacía ver más atractivo.
Las mujeres usaban el cabello muy esponjado inspiradas en la melena de los 70, luego llegó el grafilado, murió la vaselina y las cabelleras lucen el gel que ofrecía las bondades de la vaselina y la laca pero sin el grasero y el pegoste. Los hombres se empataron en la onda gelatina también, las cabezas gelatinosas más famosas de la época fueron las de Lionel Richard, Michel Jackson y Bonny Cepeda.
Otro boom fue el blusón brasilero, anchote, con hombreras y unisex, la falda pantalón apareció para las audaces, los short Pepper, abuelos del cachetero, en la playa las mujeres le cortaban el aliento a cualquiera con los tangas, los hombres morían por las chaquetas de cuero tipo patotero de los 70, las chaquetas sin manga tipo salvavidas (Mork y Mindy…nano nano).
Hasta hoy, la moda de los 80 es considerada la peor del siglo XX, y los ochenteros, a voz baja, ruegan que no vuelva nunca más.
Foto:
LeDrugstore, un local legendario de los 80
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